Cada innovación, cada paso que da la humanidad, nos lleva a nuevos esquemas en diferentes ámbitos. Podemos decir que hoy el mundo ha evolucionado a esquemas de interconexión e interdependencia; muestra clara de ellos son los sistemas productivos y de comercio global. La Cooperación Internacional no escapa a esa evolución, en donde las redes colaborativas han promovido acciones conjuntas para brindar solución a las problemáticas que enfrentan los Estados, quienes a través de los organismos e instituciones han impulsado el desarrollo.
Las crecientes crisis geopolíticas, económicas y sanitarias han puesto en jaque al sistema internacional. Sucesos como la pandemia han mostrado el deterioro de los aparatos institucionales, así como la poca preparación regional ante un evento de tal magnitud. Asimismo, los enfrentamientos y tensiones en otras latitudes y dentro de América Latina han generado un cambio en el comercio de bienes, afectando directamente la seguridad alimentaria a nivel global. Se entiende que debido a estos acontecimientos se podría aumentar entre 83 y 132 millones el número total de personas subalimentadas en el mundo, alejando la posibilidad de alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) (Secretaría General Iberoamericana [SEGIB], 2020).
“Las crisis [actuales y futuras] sólo podrán superarse con el fortalecimiento del multilateralismo, la cooperación, la integración regional y un nuevo contrato social con participación de la sociedad civil, gobiernos, empresas y organizaciones.” |
Aunado a lo anterior, diferentes organismos internacionales como la SEGIB y el IICA, han destacado que estas crisis, así como las futuras, sólo podrán superarse con el fortalecimiento del multilateralismo, la cooperación, la integración regional y un nuevo contrato social con participación de la sociedad civil, gobiernos, empresas y organizaciones (SEGIB, 2020).
Es debido a los sucesos internacionales que, a lo largo de los años, la Cooperación Internacional ha evolucionado, convirtiéndose en un fenómeno que se actualiza según la coyuntura y los requerimientos situacionales. Es por esto que, con el paso del tiempo, se ha transcurrido de esquemas asistenciales presentes a mediados del siglo pasado a modalidades como la Cooperación Horizontal (CH) o Sur-Sur, con el fin de acoplarse a las necesidades actuales de los países.
La CH se ha convertido en un marco de colaboración, donde dos o más países en desarrollo comparten conocimientos, habilidades, experiencias y recursos para alcanzar sus objetivos a través de esfuerzos conjuntos. Los avances recientes en esta modalidad han impulsado un mayor volumen de comercio Sur-Sur, flujos de inversión extranjera directa, movimientos hacia la integración regional, transferencias de tecnología, intercambio de soluciones y expertos, y otras formas de intercambio (Oficina de las Naciones Unidas para la Cooperación Sur-Sur [UNOSSC], s.f). Cabe resaltar, que entre 2007 y 2019, los países iberoamericanos han sido partícipes de 7.400 iniciativas de CH aproximadamente, de las cuales un 75% fueron intrarregionales; mientras que el 25% restante se generó junto a países en desarrollo de otras regiones (SEGIB, 2021).
“El contexto actual obliga a repensar la forma en la que se brinda la cooperación técnica, reconociendo el aspecto social de esta y resaltando el análisis de las necesidades de ayuda en conjunto con el demandante.” |
Esta modalidad se comenzó a impulsar como parte de una manifestación de solidaridad entre países en desarrollo, quienes, en su búsqueda de autosuficiencia, bienestar nacional y el seguimiento de las agendas internacionales, visualizaron compartir sus experiencias exitosas ampliando la percepción del rol del cooperante y del receptor, y variando la verticalidad de la ayuda. Es a partir de estas necesidades que se comienza a distinguir la labor que realizan los Estados en la generación de conocimiento y la implementación de acciones para atender las diversas situaciones que aquejan a las regiones. Por esta razón, se considera que la agenda en CH y las iniciativas enmarcadas bajo esta modalidad deben ser determinadas por los países en desarrollo, guiados por los principios de respeto a la soberanía, apropiación e independencia nacionales, igualdad, no condicionalidad, no injerencia en los asuntos internos y el beneficio mutuo (UNOSSC, s.f).
El contexto actual obliga a repensar la forma en la que se brinda la cooperación técnica, reconociendo el aspecto social de esta y resaltando el análisis de las necesidades de ayuda en conjunto con el demandante (IICA, 2022). Es por esto, que para fortalecer la capacidad de los países en desarrollo se deben identificar y analizar las principales problemáticas para así poder formular estrategias que se acoplen a las aspiraciones, valores y necesidades específicas de los receptores (UNOSSC, s.f). Es de importancia impulsar la acción colectiva, la incorporación de redes de cooperación y la implementación de bancos de datos con experiencias exitosas para ser analizadas en conjunto con las necesidades de la región (IICA, 2022).
La CH que se suscita en la región se encuentra encaminada a promover y fortalecer la autosuficiencia colectiva de los países en desarrollo mediante el incremento de las capacidades complementarias, a fin de lograr un mayor grado de participación en las actividades económicas internacionales y la ampliación de la cooperación internacional (UNOSSC, s.f). Asimismo, conforme el paso del tiempo y la aparición de nuevas crisis globales se vuelve imprescindible un avance en la articulación de procesos de innovación que posibiliten a la CH adaptarse a las nuevas realidades.
“…uno de los objetivos principales que caracterizan a la cooperación horizontal es establecer múltiples redes de comunicación por medio de las cuales se puedan intercambiar conocimientos que permitan crear y fortalecer las capacidades.” |
Es debido a lo anterior que uno de los objetivos principales que caracterizan a la CH es establecer múltiples redes de comunicación por medio de las cuales se puedan intercambiar conocimientos que permitan crear y fortalecer las capacidades técnicas y tecnológicas existentes, y así mejorar la eficacia con la que se implementa la ayuda. Para alcanzar esta propuesta, es fundamental aumentar y mejorar la calidad de la cooperación brindada mediante mecanismos que promuevan una mayor cantidad de estudios y recolección datos in situ; así como promover la inclusión de planes de sostenibilidad a largo plazo que permitan mostrar los aportes de las partes involucradas.
Antes del surgimiento de esta modalidad era poco común reconocer las capacidades técnicas existentes en los Estados, por lo que la ayuda que se les otorgaba se basaba en la percepción del donante; sin embargo, actualmente en la región se cuenta con varios centros académicos y de investigación que se han utilizado como medio para impulsar la creación de nuevas tecnologías y la mejora de capacidades internas. Asimismo, se mantienen activos diferentes organismos como el IICA que buscan darle importancia a temas emergentes para el avance integral de la región. En este sentido, la CH ha contribuido en el reconocimiento de las capacidades innovadoras de los países en desarrollo, visualizándolos como los actores principales de la cooperación y poniendo a disposición de otros las cualidades y experiencias que han generado con el tiempo.
Consecuentemente, la función principal y el eje central del trabajo que el IICA ha desarrollado a lo largo del tiempo ha sido la provisión de cooperación técnica a los países miembros, la cual se ha enfocado en fortalecer y apoyar la gestión del conocimiento, desarrollando redes profesionales y acuerdos interinstitucionales (IICA, 2018). Desde este foco de acción, el Instituto ha promovido la CH por medio de enlaces de cooperación presentes en toda la región, los cuales fungen como agentes impulsores del intercambio de conocimientos y habilidades técnicas, convirtiendo al IICA en una fuerza de carácter geopolítico que cuenta con la capacidad de implementar y facilitar el trabajo conjunto.
Lo anterior se ve reflejado en los datos generados por la Secretaría General Iberoamericana y el IICA (2021), quienes exponen que de los 1500 proyectos ejecutados entre 2010 y 2019, cerca de 1019 son bajo la modalidad de CH y Cooperación Triangular. La mayor parte de estas iniciativas se encuentran orientadas al fortalecimiento de la producción y transformación de alimentos (57%), al consumo y seguridad alimentaria (34%) y al comercio y la distribución de alimentos (9%); a su vez, parte de los esfuerzos se han orientado a la instauración de programas bajo los esquemas de CH regional.
“Es a partir de las capacidades de los actores y socios que se podrá potenciar la cooperación técnica, y sólo conociendo tanto las capacidades como las necesidades es que podremos encaminar acciones de cooperación horizontal efectivas.” |
Para el IICA es importante generar mecanismos que contribuyan a las poblaciones meta de los proyectos, por lo que sus acciones se encuentran encaminadas a facilitar instrumentos tales como las Políticas Públicas (IICA, 2022). Y es a partir de las capacidades de los actores y socios que se podrá potenciar la cooperación técnica, y sólo conociendo tanto las capacidades como las necesidades es que podremos encaminar acciones de CH efectivas.
Debido al impacto que ha generado la CH en la sociedad, desde los organismos internacionales se han encaminado esfuerzos para poder otorgarle mayor visibilidad y promoción. Esto no solo brinda la oportunidad a los países de ser pioneros en el desarrollo, sino que también le brinda al Instituto la oportunidad de crecer y mejorar la oferta de cooperación, visibilizando las capacidades de los países miembros y brindándoles las herramientas necesarias para que estos sean protagonistas de su propio desarrollo.
Referencias bibliográficas:
Duarte, L, y Gonzalez, C. (2014). Origen y evolución de la Cooperación Internacional para el desarrollo. Panorama, 8(15), 117-131. https://doi.org/10.15765/pnrm.v8i15.554
IICA. (9 mayo 2022). Los desafíos de la cooperación en América Latina y el Caribe ante el nuevo contexto global [video] [conferencia adjunta]. Facebook. https://www.facebook.com/IICAnoticias/videos/1045698106058443/
IICA. (2018). Propuesta del Plan de Mediano Plazo 2018-2022. http://apps.iica.int/SReunionesOG/Content/Documents/CE2018/1198ae13-b7f2-40c8-a1aa-7f8215bcc9d8_dt678_propuesta_del_plan_de_mediano_plazo_20182022.pdf
Secretaría General Iberoamericana (SEGIB). (2021). Informe de la Cooperación Sur-Sur y Triangular en Iberoamérica 2020. Programa Iberoamericano para el Fortalecimiento de la Cooperación Sur-Sur. https://informesursur.org/es/report/informe-de-la-cooperacion-sur-sur-y-triangular-en-iberoamerica-2020/
Secretaría General Iberoamericana, e IICA. (2021). La CSS y Triangular en materia agrícola y de seguridad alimentaria ante la COVID-19. https://informesursur.org/css-agricola-alimentaria-y-covid/
Secretaría General Iberoamericana (SEGIB). (2020, agosto 26). Cooperación Sur-Sur, herramienta clave para la seguridad alimentaria en tiempos de COVID19. Sala de prensa. https://www.segib.org/cooperacion-sur-sur-herramienta-clave-para-la-seguridad-alimentaria-en-tiempos-de-covid19/
UNOSSC. (s.f). About South-South and Triangular Cooperation [Sobre la Cooperación Sur-Sur y Triangular]. [Foro]. https://www.unsouthsouth.org/about/about-sstc/
Luis Carlos Vargas Bolívar es Economista, Máster en Comercio Internacional y Máster en Políticas Públicas, especialista del Centro de Gestión del Conocimiento y Cooperación Horizontal del IICA.
María José Sánchez, es Internacionalista egresada de la especialidad de Cooperación Internacional. Pasante del Centro de Gestión del Conocimiento y Cooperación Horizontal del IICA.
Nota: Las opiniones expresadas en este blog son responsabilidad de los autores y no reflejan necesariamente la opinión del IICA.
Si tiene preguntas o sugerencias de mejora del BlogIICA favor contactar a los editores: Joaquín Arias y Viviana Palmieri. |
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