La nueva normalidad rural

Colaboradores

“Para 2019, 1 de cada 2 personas que viven en el ámbito rural son pobres, mientras que en el ámbito urbano menos de cada 1 en 5 lo son. Las mujeres, los indígenas y los afrodescendientes están sobrerrepresentados entre los pobres y excluidos en el ámbito rural.”

125 millones de personas en América Latina y el Caribe viven en zonas rurales. Países con un alto porcentaje de población rural son Haití (50%), Guatemala (49%), Honduras (42%), Nicaragua (41%) y Paraguay (38%). Si analizamos la data con más detalle, el 51% de la población indígena habita en zonas rurales, aunque en Honduras, Ecuador y Colombia el porcentaje es mayor: 85%, 79% y 78%, respectivamente.

Para 2019, 1 de cada 2 personas que viven en el ámbito rural son pobres, mientras que en el ámbito urbano menos de cada 1 en 5 lo son. Las mujeres, los indígenas y los afrodescendientes están sobrerrepresentados entre los pobres y excluidos en el ámbito rural. Por ejemplo, en Colombia, 110 mujeres de entre 20 y 59 años viven en familias rurales pobres por cada 100 hombres. Mientras que en Chile son 114 mujeres por cada 100 hombres y en Haití 115.

A este contexto añadimos la crisis generada por el coronavirus, lo cual nos obliga a pensar en ¿Qué políticas públicas para la atención a estas emergencias pueden, además, conducir a la construcción de comunidades más prósperas, equitativas y productivas en los territorios rurales, que conserven los ecosistemas y la biodiversidad y que respeten la identidad de los pueblos que habitan esos territorios?

¿Cómo encontró el COVID-19 a América Latina rural?

Enfocándonos en algunos ámbitos que nos permiten medir el nivel de desarrollo vemos el panorama con el que se encuentra esta pandemia:

  • Acceso a infraestructura: En el ámbito rural más del 60% de la población no tiene acceso al agua y más del 50% de la población sin saneamiento. Todavía hay muy mala conectividad y poco acceso efectivo a red celular en muchas zonas rurales de la región.
  • Salud: La población rural enfrenta brechas de cobertura y calidad. Por ejemplo, la diferencia en la asistencia calificada al parto entre las mujeres de las áreas rurales y urbanas es de 41 puntos porcentuales en Guatemala y 35 puntos porcentuales en Haití. En Bolivia, la tasa de mortalidad neonatal es 17 puntos porcentuales más alta en las zonas rurales que en las urbanas. En Perú, los niños que viven en las zonas rurales tienen tres veces más probabilidades de sufrir retraso en el crecimiento que sus pares urbanos.
  • Desarrollo infantil: Las brechas en la formación del capital humano entre los niños del sector urbano y el rural aparecen temprano y crecen con la edad. Se observan brechas en las prácticas de crianza y la cantidad y calidad de estimulación e interacciones promotoras del aprendizaje que los niños reciben en sus hogares.
  • Educación: En el ámbito urbano, el 95% de los estudiantes finaliza la educación primaria y 68% la secundaria y en el rural lo hacen 90% y 47%, respectivamente. También las brechas de desempeño en PISA entre el ámbito rural y urbano se han mantenido estables durante los últimos 10 años. Las brechas de desempeño están asociadas a la dificultad de contar con buenos docentes en las zonas rurales.
  • Empleo: El empleo rural incluye a una de cada cinco personas empleadas en la región. La agricultura emplea al 13% de todos los trabajadores. El empleo rural se caracteriza por la amplia frecuencia del subempleo, bajos salarios, escasa cobertura de protección social, trabajo infantil, baja participación laboral femenina y menor penetración digital. La subsistencia económica y la seguridad alimentaria se ven crecientemente afectadas por la destrucción ambiental y el cambio climático. Esta interacción es particularmente sensible en zonas con ecosistemas frágiles.
  • Migración. La migración es una fuente de movilidad social y económica en zonas rurales. Las remesas juegan un rol fundamental en las economías. Con frecuencia la migración ocurre secuencialmente: primero de una zona rural a una ciudad cercana y luego, en una segunda fase, hay migración a una ciudad más grande o incluso a otro país. Además, el empleo agrícola requiere migración estacional – a veces incluso transfronteriza como entre Costa Rica y Nicaragua.

“Las mujeres rurales representan una cuarta parte de la población mundial. En el sector rural también existen una variedad de brechas que impiden que alcancemos la igualdad de género.”

El rol de la mujer rural

Las mujeres rurales representan una cuarta parte de la población mundial. En el sector rural también existen una variedad de brechas que impiden que alcancemos la igualdad de género. Por ejemplo, menos del 20% de los propietarios de tierras en todo el mundo son mujeres. En las zonas rurales, la brecha salarial de género llega al 40%. Además, existen las brechas digitales que generan más obstáculos para alcanzar la igualdad de género al dejarlas rezagadas de información que puede mejorar su toma de decisión respecto a su producción, comercialización y participación en servicios financieros, organizaciones sociales y políticas.

A propósito del 15 de octubre, que conmemoramos el Día de la Mujer Rural, desde el sector social hemos reflexionado para identificar algunas áreas de oportunidad -siempre con un enfoque particular en los aspectos de género, en el desarrollo con identidad de los pueblos indígenas, y en la inclusión de la población afrodescendiente, las personas con discapacidad y las personas LGBTQ+

Empleo

  • Formación de capital humano (habilidades digitales, manejo empresarial)
  • Fortalecimiento empresarial
  • Inversión en infraestructura (agua, saneamiento, electricidad, tecnológica, digital, vías y transporte)
  • Acceso a servicios de cuidado para hijos de los/las trabajadores
  • Erradicación de empleo precario / trata de personas / empleo infantil

Salud

  • Acceso y calidad de la red de atención primaria con énfasis en salud materno-infantil, desnutrición
  • Inversión en infraestructura (agua, saneamiento, electricidad, tecnológica, digital, vías y transporte)
  • Prevención del embarazo adolescente y atención a víctimas de violencia de género (mujeres, niños y niñas)
  • Servicios con pertinencia cultural
  • Telemedicina
  • Atraer profesionales al sector rural

Protección social

  • Eliminar la exclusión de los pobres extremos de la cobertura de las transferencias monetarias
  • Esquemas de pago por servicios ambientales, programas de desarrollo productivo y programas de acceso al crédito, esquemas de aseguramiento de riesgos agrícolas, climáticos.
  • Pensiones no contributivas

Desarrollo infantil

  • Ampliación de cobertura de los programas de trabajo con familias, servicios de cuidado infantil y prescolar
  • Atención diferenciada para niños indígenas
  • Prevención de castigo físico y prevención/ atención de la violencia de género (contra mujeres, niños y niñas)
  • Inversión en infraestructura (agua, saneamiento, electricidad, tecnológica, digital, vías y transporte)

Educación

  • Acceso y calidad en todos los niveles, incluyendo a través de modelos híbridos
  • Reducción del abandono escolar y erradicación del empleo infantil
  • Pertinencia y relevancia del currículo para generar empleo y opciones productivas en el ámbito rural
  • Atraer maestros a escuelas rurales
  • Educación intercultural bilingüe viable, costo efectiva y con calidad
  • Inversión en infraestructura (agua, saneamiento, electricidad, tecnológica, digital, vías y transporte)

Pensiones

  • Ampliación de cobertura de la seguridad social contributiva

Migración

  • Respuestas a la migración de retorno (urbano-rural) que ocurrió durante la pandemia
  • Programas de inclusión financiera y apoyo a la inversión para el uso productivo de las remesas
  • Redes de trata de personas asociadas a la migración (empleo agrícola, explotación sexual, y otros).

 

“Parte de las áreas de oportunidad tienen un denominador común, la falta de infraestructura y acceso a las tecnologías de la información y comunicación. La digitalización en la región es un paso importante para cerrar estas brechas y alcanzar el desarrollo en América Latina y el Caribe.”

Parte de estas áreas de oportunidad tienen un denominador común, la falta de infraestructura y acceso a las tecnologías de la información y comunicación. La digitalización en la región es un paso importante para cerrar estas brechas y alcanzar el desarrollo en América Latina y el Caribe. Para adentrarnos en este tema los invito a la presentación del estudio “La Brecha Digital de género en América Latina y el Caribe – Una perspectiva sobre la ruralidad”, realizado por un equipo de investigadores de la Universidad de Oxford, con apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo, el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura y el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola en la Conmemoración del Día Internacional de la Mujer Rural.


Esta nota fue publicada originalmente en https://blogs.iadb.org/igualdad/es/mujer-rural-americalatina/ 

 

María Caridad AraujoMaría Caridad Araujo es Jefa de la División de Género y Diversidad del BID. Como economista jefe de la División de Salud y Protección Social del BID, trabajó en programas de desarrollo infantil y reducción de la pobreza. Fue profesora en la Universidad de Georgetown y trabajó en el Banco Mundial. Tiene un doctorado en Economía Agrícola y de Recursos Naturales de la Universidad de California, Berkeley.

 

Nota: Las opiniones expresadas en este blog son responsabilidad del autor y no reflejan necesariamente la opinión del IICA.

 

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