La Organización Mundial de Comercio (OMC) prevé que el comercio global de mercancías sufrirá un desplome sin precedentes en el 2020, como consecuencia de la pandemia de COVID-19. Las estimaciones señalan que el descenso este año será de entre el 13% y el 32% y que casi todas las regiones sufrirán reducciones de dos dígitos del volumen del comercio. En el caso de las Américas, las exportaciones de América del Norte sufrirían una reducción de los volúmenes exportados de entre -17.1% y -40.9%, mientras que en el caso de las exportaciones de América Central y del Sur, las reducciones serían de entre -12.9 y -31.3. La naturaleza de la crisis de salud y las medidas de aislamiento que la acompañan, así como la incertidumbre sobre su impacto económico, explican estos resultados tan dramáticos.
Fuente: elaborado por la autora con datos de la Secretaría de la OMC
En el campo agrícola, el retroceso de los precios de las materias primas (ver Blog sobre este tema) y la reducción de los volúmenes de exportación como consecuencia de la caída de la demanda en China, Europa y Estados Unidos, impactarán negativamente el desempeño exportador de la región, el crecimiento y el empleo. La disrupción del transporte y la logística limitará el acceso a insumos y bienes intermedios, a la vez que agravará el efecto negativo sobre las cadenas de suministro globales, incluyendo en el sector agroalimentario.
La OMC estima que para el 2021 el comercio global de mercancías podría recuperarse fuertemente. En el caso de América del Norte, las exportaciones podrían incrementarse entre 19.3% y 23.7% y en América Central y del Sur, el aumento podría ser de entre 14.3% y 18.6%. Eso dependerá, sin embargo, de la duración del brote, aspecto que está en buena medida fuera del control de los gobiernos, y de la calidad y eficacia de las políticas públicas que se adopten.
En el campo del comercio, las siguientes medidas de política pueden ayudar a combatir la crisis de salud y contribuir a sentar las bases para la recuperación:
- Eliminar los aranceles a los productos farmacéuticos, dispositivos médicos y otros suministros de protección como el jabón, así como de los insumos a la producción de estos bienes.
- Facilitar el comercio para reducir el costo de trasladar productos y materiales de la salud a través de las fronteras. Este enfoque debería extenderse a la importación de alimentos a efectos de mitigar la disrupción en las cadenas de suministro.
- Ampliar el acceso a los estándares técnicos para promover el incremento de la producción de los productos médicos y acelerar los procedimientos de evaluación de la conformidad para acelerar su ingreso al mercado.
- Permitir el movimiento del personal de salud a través de las fronteras para apoyar en el tratamiento del virus
- Compartir conocimiento vía tele-salud y otras iniciativas digitales.
- Garantizar que los regímenes de propiedad intelectual no limiten el acceso a nuevas tecnologías, vacunas y drogas antivirales.
Al 9 de abril, 80 naciones han tomado alguna medida para limitar sus exportaciones de equipos médicos, como máscaras faciales, medicamentos y sus ingredientes. Estas prácticas no sólo causan daño a los países importadores, sino también a los exportadores en tanto llevan a un incremento de precios, desincentivan la inversión y pueden llevar a la adopción de represalias. La solución es más bien incrementar la producción a través de mecanismos innovadores y facilitar el movimiento de estos bienes, adonde sea que se necesiten.
Algunos pocos países han restringido también la exportación de arroz, frijoles, trigo y otros productos, aun cuando no existe escasez de productos básicos y las perspectivas de las cosechas son positivas. En el pasado estas políticas han dado malos resultados. En la crisis alimentaria de 2006-08, las restricciones a la exportación redujeron el suministro mundial de alimentos y provocaron aumentos de precios. En este momento, los canales comerciales deben mantenerse abiertos para evitar el desabastecimiento y mitigar la caída en la demanda global.
Finalmente, es momento para fortalecer la cooperación comercial, si no entre todos los países, al menos entre los que están dispuestos. El G20 podría impulsar un acuerdo para limitar el uso de restricciones a la exportación y la eliminación de las medidas ya impuestas. Otras iniciativas para eliminar aranceles y facilitar el comercio de servicios médicos podrían ser discutidas en la OMC, a la vez que se fortalece su papel de monitoreo de las medidas adoptadas. La reforma de esta organización cobra renovada importancia para actualizar sus normas a la luz de los cambios resultantes de la pandemia. Si bien la colaboración internacional en el comercio ha sufrido el ataque de la competencia geopolítica, esta es la oportunidad para plantar las semillas de una cooperación global renovada que apoye la recuperación del COVID-19.
Anabel González es consultora del IICA; Investigadora senior del Peterson Institute for International Economics y exministra de comercio exterior de Costa Rica
Nota: Las opiniones expresadas en este Blog son responsabilidad del autor y no necesariamente refleja la opinión del IICA.
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