PERSPECTIVAS DE LA AGRICULTURA Y DEL DESARROLLO RURAL EN LAS AMÉRICAS: Una mirada hacia América Latina y el Caribe

ISPA-2021-2022
Disponible en www.agrirural.org

 

Llegó la novena edición del informe PERSPECTIVAS DE LA AGRICULTURA Y DEL DESARROLLO RURAL EN LAS AMÉRICAS:  Una mirada hacia América Latina y el Caribe, que es fruto del esfuerzo conjunto de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA). 

La coordinación editorial de esta publicación estuvo a cargo de Joaquín Arias (IICA) y fue coliderada por Adrián Rodríguez de la CEPAL y Luiz Beduschi de la FAO. 

Un reconocimiento especial a los más de 30 técnicos de las tres instituciones que participaron activamente realizando aportes para el desarrollo de los diversos temas tratados en este informe. El capítulo especial (4) que este año trató sobre la digitalización en la agricultura potenciando y acelerando la transformación digital en el período de pospandemia, fue liderado por Federico Bert del IICA.

El informe, mediante un enfoque interdisciplinario, integral e intensivo en el uso de estadísticas y evidencias, destaca el rol central de los sistemas agroalimentarios y las acciones necesarias para la transformación rural y agrícola de América Latina y el Caribe en el escenario de recuperación pospandemia de COVID-19.

A continuación, los mensajes más destacados de los directivos de CEPAL, FAO e IICA en el lanzamiento del informe durante la Conferencia de ministros de Agricultura de las Américas 2021 y la Vigésima Primera Reunión Ordinaria de la Junta Interamericana de Agricultura (JIA). 


CONTEXTO MUNDIAL Y REGIONAL
 

Contexto
Disponible en https://www.agrirural.org/#capitulo-02

 

Tuvimos el privilegio en primer orden de la agenda de escuchar a la Sra. Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la CEPAL, quien nos habló del contexto mundial y regional, capítulo dos del informe, marcado por la pandemia provocada por el COVID-19, que ha afectado a América Latina y el Caribe más que ninguna otra región en el mundo, tanto en términos sanitarios como económicos.

En el capítulo 2 del contexto mundial y regional, se destaca que las prioridades para los sistemas agroalimentarios (SAa) en los próximos años deben incluir invertir en infraestructura verde para ayudar a mitigar el cambio climático, garantizar el acceso universal a la seguridad social, introducir iniciativas para impulsar la capacidad productiva y adaptarse a la economía digitalizada, así como resolver el sobreendeudamiento de las familias y las explotaciones productivas.

 

A continuación, los mensajes más destacados de la intervención de la Sra. Bárcena: 

  • Los impactos sin precedentes de la pandemia de COVID-19 en nuestra región han hecho que el análisis de nuestros sistemas agroalimentarios sea más relevante que nunca.
  • A mediados de agosto la región acumulaba alrededor de 1.400.000 muertos a causa del COVID-19, un 32% del total mundial, a pesar de que su población representa apenas el 8,4% a nivel global.

La pandemia ha evidenciado la centralidad de los sistemas agroalimentarios para mantener los flujos de alimentos —globales, regionales y nacionales— desde nuestros campos hacia poblaciones confinadas por cuarentenas y restricciones a la movilidad.

  • La crisis ha hecho también evidentes nuestras vulnerabilidades. En el 2020 América Latina y el Caribe experimentó una caída del PIB de 6,8%, la peor contracción de la actividad económica en 120 años. Para 2021 la CEPAL estima un crecimiento promedio regional de 5,2%. No hay razón para esperar que la dinámica de bajo crecimiento que dominó los años anteriores a 2020 cambie a partir de entonces. De hecho, los desequilibrios sociales y los problemas estructurales de la región se han visto agravados enormemente por la crisis y persistirán durante toda la recuperación. Esencialmente, debemos hablar de una “paradoja de la recuperación”.
  • La crisis derivada de la pandemia ha aumentado la desigualdad y la pobreza con un impacto externo en las mujeres, los niños en edad escolar y los ancianos. Las medidas fiscales adoptadas por los países han sido importantes, pero insuficientes en términos de monto y duración. En el último año, las tasas de pobreza extrema y pobreza alcanzaron el 12,5% y el 33,7%, respectivamente. Las transferencias de emergencia a los sectores más vulnerables limitaron los aumentos de la pobreza. Estas transferencias de emergencia beneficiaron a 326 millones de personas, o el 49,4% de la población. Aún así, la desigualdad de ingresos en la región aumentó.
  • La tasa de desempleo regional se ubicó en 10.7% al cierre de 2020 con un incremento de 2.6 puntos porcentuales con respecto al valor registrado en 2019. El impacto más fuerte ha sido en el empleo informal. Además, la organización social injusta de la atención y la falta de apoyo durante la pandemia representan un retroceso de diez años en la inserción laboral de la mujer. La ocupación en el sector agrícola, donde la informalidad alcanza el 80%, se ha visto fuertemente afectada, y especialmente el empleo de los migrantes.
  • El impacto de la pandemia de COVID-19 en el empleo ha provocado una reducción de los ingresos familiares. Una consecuencia es el aumento del hambre y otras formas de inseguridad alimentaria y desnutrición. La inseguridad alimentaria moderada o grave alcanzó al 40,4% de la población en 2020.

En este contexto, el sector agrícola ha mostrado una gran capacidad de recuperación ante el declive de la actividad económica general. Los datos preliminares indican que el sector creció y disminuyó menos que el PIB total en 2020 en la mayoría de los países de la región. El sector ha respondido bien hasta ahora a los desafíos sanitarios, logísticos y financieros.

  • Para los consumidores, las noticias son menos alentadoras. A nivel regional, los índices de precios de los alimentos han crecido a tasas más altas que el índice de precios general. En junio de 2021, el índice de precios de los alimentos promedio ponderado regional creció un 7,8% interanual, mientras que el índice general de precios creció un 5,7% durante el mismo período.
  • El aumento de la pobreza y los precios de los alimentos acentúan un problema que se viene agravando en la región, al que llamamos “la doble carga de la desnutrición”. Es decir, la aparición simultánea de desnutrición junto con obesidad.

La CEPAL estima que el costo económico de la "doble carga" puede elevarse a valores superiores al 10% del PIB en algunos países.

  • Esta crisis crea un sentido de urgencia que debemos aprovechar para crear sistemas agroalimentarios más robustos, inclusivos, sostenibles, y competitivos. Para transitar en esa dirección: Frente a este escenario, hemos establecido la necesidad de conectar la emergencia con la recuperación y una década de acción para enfrentar los principales desafíos del planeta. Es decir, construir un nuevo futuro: una recuperación transformadora con igualdad y sostenibilidad.
  • Necesitamos potenciar nuestro rol como región proveedora de alimentos para el mundo, sin afectar nuestra biodiversidad y ecosistemas frágiles.
  • Necesitamos avanzar hacia sistemas y prácticas de producción más agroecológicos, la aplicación de soluciones basadas en la naturaleza y el desarrollo de la bioeconomía.
  • También debemos hacer un mejor uso de nuestras ricas dotaciones en agrobiodiversidad, diversidad cultural y conocimientos ancestrales.
  • Necesitamos promover estilos de vida más saludables.
  • Y debemos crear sinergias y complementariedades en diversos ámbitos: 
    • Entre el conocimiento ancestral y el conocimiento científico moderno.
    • Entre las tecnologías digitales y las ciencias de la vida.
    • Entre producción para exportación y para mercados locales.
    • Entre el comercio mundial y el comercio intrarregional de alimentos.

Dada su naturaleza esencial, la producción de alimentos, junto con el sector de la salud, deben estar a la vanguardia de las prioridades de financiación e inversión para la fase de recuperación y transformación posterior a la pandemia.

 

LA TRANSFORMACIÓN RURAL Y AGRÍCOLA

Cap 3
Disponible en: https://www.agrirural.org/#capitulo-03

 

Seguidamente, tuvimos el honor de escuchar la presentación del Sr. Julio Berdegué, director regional de la FAO, quien presentó el tercer capítulo del informe conjunto, centrado en la transformación agrícola ante los desafíos y oportunidades del escenario post pandemia.

El capítulo 3: La transformación rural y agrícola, destaca que la transición pospandemia de COVID-19 es una oportunidad para promover una transformación rural y agrícola más sostenible, inclusiva y resiliente. Para ello se requieren acciones innovadoras en diversos ámbitos y nuevas relaciones entre los actores públicos, privados y de la sociedad civil.

 

 A continuación, los mensajes más destacados de la intervención del Sr. Berdegué:

  • América Latina y el Caribe es una tierra prodigiosa en su capacidad de producción de alimentos. Estamos bendecidos por grandes dotaciones de tierras y miles de kilómetros cuadrados de mares fértiles, por una de las mayores dotaciones de agua fresca del planeta, y por una biodiversidad inigualable que nos proporciona servicios ambientales abundantes. Somos afortunados de tener 17 millones de agricultores, y 2 millones de pescadores, la inmensa mayoría de ellas y ellos productores familiares de pequeña escala. Ellos han sabido convertir nuestra prodiga naturaleza, en alimentación para el mundo, no solo para los habitantes de la región, sino para el mundo.
  • ¿Por qué entonces es que hay que pensar en la transformación de esos sistemas agro-alimentarios? Por razones del pasado y del futuro. Tenemos a la mitad de la población rural viviendo en condiciones de pobreza. Tenemos a 60 millones de habitantes de la región en condición de hambre. Tenemos un tercio de nuestros suelos degradados, y la mitad de las pesquerías sobreexplotadas. Si bien no es verdad que toda la deforestación se deba a la agricultura, si es verdad que una parte importante, si lo es.
  • Respecto del futuro, yo escucho con alegría cuando algunos agricultores me dicen con gran orgullo que ellos son la tercera, la cuarta o la quinta generación en el campo. Pero a diferencia de sus padres y de sus abuelos, los agricultores de hoy deben producir en un planeta con cambio climático. Y sus hijos, y sus nietos, que queremos que sigan siendo agricultores, enfrentarán esta condición con mayor severidad… si no actuamos hoy. Pensemos en un joven hoy, de 15 años de edad. Imaginemos a ese chico o chica, en 20 años más, cuando él o ella y toda su generación, constituyan la mayoría de los consumidores a quienes los nuevos agricultores destinaran los alimentos de esta tierra. 
  • ¿Qué va a demandar ese consumidor? ¿Qué va a pedir no solo respecto del producto en sí, sino de la forma en que fue producido? ¿Cómo será ese mercado con esos consumidores que hoy día son jóvenes adolescentes?  
  • Es verdad que de entre los múltiples sistemas agroalimentarios que existen en cada rincón rural de esta región, no todo tiene que cambiar en todas las dimensiones. Es verdad que, en muchos casos, la mejor respuesta al cambio climático, o a la epidemia de obesidad causada por la mala alimentación, o al hambre, la respuesta más bien a veces es conservar, más que transformar. 

Pero el cambio es un signo de los tiempos. 

  • La transformación no será un “big bang”, donde todo cambia de un día para otro, ni será tampoco un solo proceso unificado y centralmente planificado. Nadie está buscando, ni queriendo, ni proponiendo eso. La transformación será la suma de innumerables transiciones parciales, descentralizadas, autónomas en su origen unas de otras. Estas transiciones tendrán sus sellos nacionales y locales, porque todos los países y todas las numerosas agriculturas que coexisten en esta región, son particulares. Cada una de ellas es única, y únicas serán las formas en que cambien. Algunos cambios serán muy profundos, otros menos, pero al cabo del tiempo, en 10, o 20, o 50 años más, los sistemas agroalimentarios de nuestros nietos serán marcadamente diferentes a los de hoy.

La agricultura no falló en la pandemia, y todos los días los alimentos siguieron llegado a los mercados. Pero la pandemia sí ha hecho visibles algunos puntos débiles del sistema agroalimentario global y regional, y no debemos esperar a la próxima crisis para acordarnos de ellos. Hay que corregir y reforzar ahora.

  • En comparación con otras regiones del planeta, América Latina y el Caribe tiene grandes ventajas en ese nuevo mundo de los sistemas agroalimentarios. Es cierto que hay amenazas, pero también enormes oportunidades, que están ahí, al alcance de los agricultores y agroindustriales por los cuales ustedes, señoras ministras y señores ministros, trabajan todos los días

Este es y seguirá siendo un proceso donde los ganadores serán quienes tengan la mayor capacidad de innovación, de adelantarse a los hechos, de descubrir y amplificar las nuevas soluciones y formas de producir, procesar, comerciar, comprar y vender y consumir alimentos.

 

 DIGITALIZACIÓN EN LA AGRICULTURA

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Disponible en: https://www.agrirural.org/#capitulo-04

 

Finalmente, pero no menos importante, tuvimos la presentación del Sr. Manuel Otero, director general del IICA, quien focalizó sus reflexiones en el capítulo especial del Informe conjunto que este año abordó el tema de la digitalización de la agricultura como medio para potenciar y acelerar la recuperación y transformación pospandemia de los sistemas agroalimentarios.  

El capítulo especial del informe destaca que la transformación digital de la agricultura puede hacer una gran contribución al logro de sistemas agroalimentarios (SAa) sostenibles e inclusivos, por lo que es urgente concertar agendas público-privadas para su impulso.

 

A continuación, los mensajes más destacados de la intervención del Sr. Otero:

  • Yo quisiera retomar lo que la Sra. Alicia Bárcena y el Sr. Julio Berdegué señalaron en el sentido de que, en medio de esta crisis tan profunda, se presentan oportunidades y desafíos que debemos transformar en acciones transformadoras y con un sentido de priorización de aquellos temas más urgentes y que, por supuesto tenemos que emprender todos juntos. 

 Lamina 1

 

  • Por eso, hoy yo quisiera referirme al tema de la agricultura digital estando convencido de que este tema puede hacer una contribución sustantiva a la transformación y al fortalecimiento de los sistemas agroalimentarios en su evolución hacia la sostenibilidad y por supuesto a la inclusión social. No tengo duda que estas tecnologías digitales son una alternativa concreta para enfrentar muchos de los retos actuales, producción más alta, sostenible, resiliente, mercados más eficientes y accesibles, alimentos más seguros, más nutritivos, trazables y por supuesto más inclusión y mejor calidad de vida para todos los actores de la ruralidad. No tengo duda que las tecnologías digitales habilitan la generación y el procesamiento eficiente de grandes volúmenes de datos, potenciando procesos de aprendizaje, decisión y operación, asimismo facilitan al máximo la conexión entre personas y entre dispositivos potenciando por esta vía la construcción de puentes entre zonas rurales y urbanas.

Lamina 2

 

  • No tenemos que perder de vista que la digitalización de la agricultura en América Latina y el Caribe, es incipiente pero comienza acelerarse y va ser inevitable, sin perder de vista que todavía su aprovechamiento es bajo y desigual debido a diversas barreras, yo querría señalar tres de ellas: la primer barrera es bajo nivel de conectividad y en base a estudios del IICA, BID, y Microsoft, hemos llegado a determinar que aproximadamente más de un 60% de la población rural de nuestro continente no tiene acceso a conectividad de calidad. Segunda barrera, en donde quiero destacar que las capacidades existentes para el uso pleno de las tecnologías digitales son aún muy limitadas, esto es más o menos que un 17% o menos los habitantes rurales tienen alguna aptitud para el manejo de las tecnologías digitales. Y la tercera barrera se refiere al bajo grado de madurez de algunas de estas tecnologías disponibles en términos de facilidad de uso y de su utilidad, temas sobre los cuales se está trabajando.

Lamina 3

 

  • No caben dudas de que este es el momento de potenciar y acelerar la revolución digital de los sistemas agroalimentarios para avanzar firmes en la transformación de esos sistemas agroalimentarios en un escenario de recuperación post pandémica.  Para eso hay como condiciones mínimas sobre las cuales debemos avanzar.  La primera es contar con una visión estratégica de largo plazo basada en el liderazgo, en el compromiso político y en la integración de las políticas, políticas que tienen que ser obviamente diferenciadas. La segunda condición es tener los mecanismos institucionales y de gobernanza que sean eficaces, inclusivos, para abordar las interacciones de las políticas en todos los sectores y alinear acciones entre los niveles de gobierno. Para ello, es necesario promover procesos de coordinación intersectorial e interinstitucional, por supuesto enfatizando en alianzas con actores de la sociedad civil y privado. La tercera condición, es la necesidad de habilitar un conjunto de herramientas que nos permitan, anticipar, evaluar y abordar políticas nacionales, transfronterizas y de largo plazo de las políticas. Esas políticas tienen que estar basadas en evidencias que sirvan de base para promover las intervenciones en el sentido que tienen que ser efectivas y respaldar las tomas de decisiones que maximicen los resultados que hacía mención anteriormente.

Lamina 4

 

  • Está claro entonces que lo que necesitamos es una institucionalidad renovada. Y acá planteo este es un déficit de nuestras políticas y es que según un trabajo monitoreado por la OCDE, tan solo el 17% del presupuesto público agrícola se destina a invertir en sistemas de innovación, bioseguridad, en infraestructura, a pesar de que no caben dudas, del alto retorno económico y social que tiene invertir en estos ámbitos. Yo quiero enfatizar que las transformaciones institucionales no deben darse solamente a los estados, tienen que tener un carácter supranacional, con activa participación de los organismos de cooperación y de financiamiento internacional, de la academia y, por supuesto, de los sistemas de investigación que son fundamentales para generar conocimientos en esta agricultura que estamos todos empeñados en transformar. Muchas gracias.

 

Porada
Disponible en www.agrirual.org

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PERSPECTIVAS DE LA AGRICULTURA Y DEL DESARROLLO RURAL EN LAS AMÉRICAS

Una mirada hacia América Latina y el Caribe

 


Joaquin AriasJoaquin Arias es PhD en economía agrícola de la Universidad Estatal de Oklahoma (OSU), Estados Unidos. Es técnico especialista internacional del Centro de Análisis Estratégico (CAESPA) del IICA, con sede en Panamá.

 

 

Adrian RodriguezAdrián Rodríguez es PhD. en Economía Agrícola de la Universidad del Estado de Pennsylvania (Penn State), en los Estados Unidos, Jefe de la Unidad de Desarrollo Agrícola y Biodiversidad de la CEPAL, Chile. 

 

 

 

BeduschiLuis Beduschi es Ingeniero Agrónomo, PhD en Ciencias Ambientales, Oficial de Políticas en Desarrollo Territorial de la Oficina Regional del FAO para América Latina y el Caribe.

 

 

 

 

 

Nota: Las opiniones expresadas en este blog son responsabilidad de los autores y no reflejan necesariamente la opinión del CEPAL, FOA o IICA.

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