Facilitar el acceso a las tecnologías es una condición necesaria y básica para una transformación de envergadura de los sistemas agroalimentarios, pero no es suficiente. También es imprescindible impulsar la formación |
Como en otros sectores de la economía, el conocimiento y las tecnologías son claves para explicar el desarrollo reciente de la agricultura. También son centrales para enfrentar los desafíos que se ciernen sobre los sistemas agroalimentarios e impulsar el desarrollo sostenible.
La revolución tecnológica a la que asistimos está asociada a la disponibilidad de equipamientos, herramientas y sistemas aplicados a los procesos de producción, transformación y comercialización. Todos estos factores impactan en todas las actividades económicas. Y la agricultura no es ajena a esos procesos.
Los beneficios potenciales que ofrece la digitalización de la agricultura son cuantiosos, pero su expansión en América Latina y el Caribe marcha a ritmo apenas incipiente debido a seis barreras:
1. Problemas de infraestructura reflejados en una brecha de 34 puntos porcentuales de diferencia entre la conectividad urbana y rural. Sumando 24 países de la región, unos 77 millones de habitantes de la ruralidad carecen de acceso a conectividad de calidad.
2. Restricciones de acceso y asequibilidad de las tecnologías, servicios y dispositivos, en comparación con los países desarrollados, entre los países de la región y, dentro de ellos, entre el ámbito urbano y rural.
3. Déficits en la promoción y regulación del sector que redundan en una escasez de planes de estímulo a la digitalización.
4. Limitaciones en el desarrollo de habilidades digitales en la población rural por los obstáculos en el nivel educativo. En la región solo el 17,1% de los habitantes cuenta con aptitudes digitales específicas.
5. Distancia entre las tecnologías y su ajuste a los contextos de aplicación por las diferencias culturales, lingüísticas y de habilidades que limitan su adopción.
6. Mujeres y jóvenes rurales rezagados en mayor medida de los beneficios de las tecnologías.
Los obstáculos muestran que facilitar el acceso a las tecnologías es una condición necesaria y básica para una transformación de envergadura de los sistemas agroalimentarios y el mundo rural. Pero universalizar el acceso no es suficiente. Se requiere también impulsar la formación en habilidades digitales para desarrollar capacidades que permitan a sus usuarios dar un salto cualitativo.
Unos 80 millones de habitantes del medio rural carecen de acceso a conectividad de calidad (ver estudio IICA, BID, Microsoft) |
El uso intensivo y dúctil de las tecnologías tiene un enorme potencial para tornar más eficientes, inclusivos y sostenibles los procesos productivos y los servicios públicos y privados. También mejora la productividad y la calidad de los productos y servicios, promueve oportunidades de empleo, así como la formación en el medio rural, y amplía las posibilidades de conocimiento. Todos estos factores son cruciales para alcanzar un desarrollo sostenible y robustecer los sistemas agroalimentarios.
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Nos enfrentamos a una urgente y gran tarea que requiere una amplia coalición entre los Estados, la cooperación internacional, el sector privado y las organizaciones de la sociedad civil. Nos unen objetivos imprescindibles para la construcción de un capital social inestimable: conectar al mundo rural y preparar a su población para un uso intensivo e inteligente de las tecnologías, construyendo puentes.
Manuel Otero es director general del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA).
Notas:
Este artículo primero fue publicado en El País
Las opiniones expresadas en este blog son responsabilidad del autor y no reflejan necesariamente la opinión del IICA.
Si tiene preguntas o sugerencias de mejora del BlogIICA favor contactar a los editores: Joaquín Arias y Viviana Palmieri. |
Blog comments
una barrera mas que frena el manejo de las tics ..
Cordial saludo, Acerca del interesante articulo del director general sobre las barreras que frenan la inclusion digital de las comunidades rurales, agrego que innumerables localidades y sectores veredales carecen de energia electrica lo cual hace mas desalentador el panorama. No obstante ello nos debe comprometer aun mas en nuestro esfuerzo por lograr equidad y paz en nuestros territorios. En Colombia se perdieron los recursos para la conectividad de 7000 familias y no pasa nada... y esperamos consolidar la paz.
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